Aunque comúnmente se asocia el cuidado de la próstata con hombres mayores de 50 años, en los últimos tiempos se observa un aumento significativo de afecciones prostáticas en hombres jóvenes, especialmente entre los 20 y 30 años. La prostatitis, una inflamación de la próstata, se convirtió en una consulta frecuente en este grupo etario.
Por qué hay más casos en jóvenes
Esta inflamación puede tener origen infeccioso o no infeccioso, pero entre las causas infecciosas destacan las infecciones de transmisión sexual (ITS), como la gonorrea. Cuando estas infecciones no se tratan adecuadamente, pueden provocar una reacción inflamatoria que afecta directamente a la próstata, la glándula responsable de producir el semen. Como resultado, la próstata se inflama y puede alcanzar un tamaño similar al que se observa en pacientes mayores.
Los síntomas son bastante molestos y afectan la calidad de vida: dolor en el periné (la zona entre los genitales y el ano), ardor al orinar o eyacular, y una sensación constante de pesadez en la zona. Si no se trata de manera adecuada, la prostatitis puede volverse crónica y difícil de erradicar.
¿Cómo es el tratamiento?
El tratamiento requiere un compromiso a largo plazo, que puede extenderse por varios meses o incluso hasta un año. La falta de información sobre la duración y la importancia de seguir el tratamiento puede llevar a la frustración y a que los pacientes busquen múltiples especialistas sin mejorar.
Durante la pandemia, se registró un aumento notable en las consultas por enfermedades de transmisión sexual en todo el país, lo que impactó también en la incidencia de prostatitis en hombres jóvenes. Aunque actualmente la situación parece haberse estabilizado, la prostatitis continúa siendo un problema frecuente, por lo que la prevención y la consulta temprana ante cualquier síntoma son fundamentales para evitar complicaciones.